Bueno, estos días fueron un poco complicados.
No puedo decir mucho más que lo que contaré, pero creo que puede ser útil para las personas saber que no siempre las cosas están tan bien como parecen.
Perdón que no me haya comunicado con algunos, estoy en esto. Espero puedan entender.
Esta violencia de sobra
Caminaba yo sobre la carretera que lleva de Cocoyoc a Oaxtepec, ya había pasado el Oxxo, eran como las 9 de la noche del lunes. En eso se me acerca una patrulla, me quiere hacer una revisión a lo que yo alego que la Constitución lo prohíbe (Nunca lo olviden, es el Art. 16 de la CPEUM). El policía junto con su compañera se ponen violentos, me golpean, patean y amenazan. El policía me intenta ahorcar mientras como 10 automóviles pasan a lado y se sorprenden al ver la escena. Yo no podía respirar, intento gritar, pero es complicado.
En cierto momento pienso que puedo ser asesinado, o inculpado de cualquier delito.
Me pregunta que de dónde soy, y del digo que de un Pueblo de Tlayacapan llamado San Agustín Amatlipac, a lo que el policía responde, "pinches pueblos ignorantes".
Para mí, eso fue como un intento de asesinato. La forma en que me golpeó fue inhumana, dándome de patadas en todo el cuerpo, sin ninguna pena.
El policía para, al final me llevan a los separos del juzgado cívico de Yautepec.
Llegando a la comandancia, menciona a sus compañeros: "este piensa que me va a enseñar a mí", (pienso, me imagino acerca de lo que comenté de la Constitución).
Pasa un policía en la madrugada, y menciona: "a nosotros nos pagan $1000" porque alguien se vaya. Tal vez lo rechazó.
Paso esa noche y al día siguiente hasta como las 5 en ese lugar. Es una experiencia muy violenta, desagradable. Por cierto, se escuchaba en todo ese lugar como si intervinieran las llamadas de otras personas.
El martes, ya día 20, van mis papás por mí. Es una situación muy penosa.
Ahora tengo un dolor intenso en las costillas, no tengo celular ni cartera, pero estoy en Casa, gracias a Dios.
Estos ordenes Constitucionales perdidos
Ya no importa mucho en ese momento un orden básico, tampoco que tan civilizada esté la sociedad, o que tanto progreso tengamos. Los que te deben proteger terminan casi matándote.
Puedes pensar que cualquier cosa te puede pasar, para no todas las personas la vida no es lo más importante.
Un ejercicio de todos los días
Todo se pierde, pues yo creo que no. Podemos reflexionar sobre cómo estamos haciendo las cosas, y comentándolo en casa considero que todo se debe a estos años tan violentos que tenemos a causa del narcotráfico, de que la policía haya perdido en la capacitación y su mejora, y que el ejercito tenga otras funciones que se superponen y no contraen lógica con sus verdaderas funciones.
Nos tenemos que volver a ordenar en grupos de contrapesos en mi opinión, para que otras opiniones valgan y tengan también peso.
¡Vaya que se siente!
Pienso, no se puede corregir ninguna cosa de esta manera, ni en la via legal, lógica. No se soluciona así.
Y vaya que duele, no sé si tengo las costillas rotas o qué es lo que pasa. No he ido al doctor por falta de tiempo, saben, yo creo que estoy como en shock un poco. Ya no pude ir al trabajo tampoco.
¡Dios gracias porque existan las Farmacéuticas, porque si no como apaciguo este dolor!
Pero, tengo un dolor muy distinto de los que conozco del que trato de recupérarme, del que no encuentro forma de solucionarlo más que siendo alegre.
Por favor, hay que hacer conciencia de esto.
¿Qué otra cosa puedo hacer? Pues resolver cosas como de otros mundos.
Pensé, tal vez de manera un poco extraña, creamos cosas sobre otros espacios, es decir, hacemos secuencias sobre elementos que no tomamos en cuenta porque no sabemos de su existencia.
Entonces me pregunté, ¿hacemos cosas infinitas que se traslapan sobre el tiempo? Es como si diseñas algo con finitud, ¿o su propia creación se prolonga de manera infinita?
Ese túnel tan oscuro, pero esa oscuridad bien bonita.
Allí esta Tlaloc, el otro, y otros, y también this one. ¡Que ojazo!
Un poco de más fotos.
Es como un anagrama de lo que iba a pasar.
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