Me imagino que cada conocimiento dado fue relativo a la circunstacias humanas.
Lo que no podía entenderse era porque aún no estábamos preparados, no se nos podía confesar.
Como que humanizamos mucho a Dios, pero, él es infinito, el simple hecho de pensar que le entendemos en nuestra forma ya es muy desafiante. ¡Qué poco entendemos que no entendemos nuestra finitud!
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