Y todo se volvió una lucha de todos contra todos, de egos. El objetivo ya no es importante, sino tener algo para decir “yo estoy correcto”. Pero qué vale más que cualquier otra cosa que la simple verdad, aquella que se dice en un instante, que no necesita fingirse, ni exagerarse.
¿Cómo no se va a saber qué uno está equivocado?¿en verdad no sé piensa que esto hace daño?
Bueno, la canción de “Spiralling” de Keane está increíble.
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