¡Ah bueno!
Casi termina el año, fue un desastre en muchos aspectos, pero lo más agradable de todo esto es que pude darme cuenta de que lo que quería cambiar era lo que no podía hacer, y lo que no cambiaba era lo que sí podía; sé que ya se ha leído esto en otra forma, pero vaya que cuesta trabajo entenderlo.
En el enredo de las palabras, se escucha lo que se siente.